En la segunda clase surgió el término de “alumnos grises”, en esta entrada he decidido destacar
algunos aspectos que nos ayuden a entender mejor en qué consiste este término.
Podría decirse que los alumnos grises son los que
normalmente se catalogan como aquellos que ni son buenos ni malos, aquellos que
pasan desapercibidos en el aula.
Perfil del niño gris.
- Son tranquilos, callados e incluso tímidos; pasan desapercibidos sin llamar la atención.
- No se suelen integrar grupalmente por la ausencia de interacciones con los iguales, por lo que sus compañeros no suelen contar con ellos.
- Puede ser rechazo por sus iguales.
- Etc.
Posible respuesta del profesorado.
- Prestarle escasa atención.
- No suelen reforzarle.
- Paternalismo pedagógico: protegerlo ante los iguales.
¿Qué desencadena lo anterior?
- Incomunicación.
- Distanciamiento de los iguales.
- Aumentar su papel pasivo.
- Incrementar la baja autoestima.
- Es posible que se desarrollen fobias hacia el entorno social.
- Etc.
¿Cómo debemos actuar los maestros en estos casos?
- Propiciar la interacción con los iguales.
- Buscar la causa de ese comportamiento. Ej. La timidez.
- Enseñarle y ayudarle a expresar sus emociones y sentimientos.
- Ser pacientes y adaptarnos a sus ritmos.
- No exponerlos bruscamente a hablar en público.
- Mejorar su autoestima.
- Motivarle.
- Evitar ridiculizarle.
- Reforzar sus logros.
Finalmente, hemos de tener en cuenta todos estos aspectos
para llevar a cabo una intervención eficaz ya que este tipo de alumnos no han
de pasar desapercibidos ya que debemos de ayudarles a desplegar todas sus
dimensiones incluidas la social y la afectiva; tenemos que ayudarles para que
este problema no repercuta en su proceso de aprendizaje ni en definitiva, en su
vida cotidiana.
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