Como se ha definido anteriormente, el aprendizaje
cooperativo es un tipo de aprendizaje en el que los alumnos trabajan juntos
para lograr unos objetivos comunes, es decir, el éxito personal depende del
esfuerzo de todos los que componen el grupo y, el éxito del grupo depende del
esfuerzo de cada uno de sus integrantes. Así, podría afirmarse que el pilar
fundamental que hace posible dicho aprendizaje es la interdependencia positiva.
Para que este tipo de aprendizaje funcione es necesario
que el maestro cuente con cierta formación en torno al mismo con el fin de
llevar a cabo planificaciones realistas; puede ser que al principio cueste
llevar a cabo dicho aprendizaje dado que las técnicas suponen que
los maestros tengamos cierto dominio sobre ellas y que los alumnos se vayan
adecuando a las mismas.
Además, para que este aprendizaje funcione, como docentes, tenemos que planificar y clarificar los objetivos que pretendemos y, supervisar, apoyar y evaluar dicho proceso.
Además, para que este aprendizaje funcione, como docentes, tenemos que planificar y clarificar los objetivos que pretendemos y, supervisar, apoyar y evaluar dicho proceso.
Si
como docentes, tomamos el aprendizaje cooperativo como una técnica de
aprendizaje básica en nuestro día a día, terminaremos llevando a cabo la misma
de forma automática, sin necesidad de planificar previamente como lo hacíamos
en un principio. Asimismo, del dominio de esta técnica se debe desprender la
cautela necesaria en nuestra intervención para evitar riesgos como el efecto
polizón o la dispersión de responsabilidades, asignando estas últimas de una
forma acertada.
Del mismo modo, se han de evaluar tanto los resultados
como el nivel de eficacia con el que el grupo funcionó. Para ello, tenemos a
nuestra disposición diversas técnicas de evaluación. No obstante, según mi
parecer y tal como lo he reflejado anteriormente, es necesario escoger la
técnica más justa que no perjudique a los alumnos que han trabajado
verdaderamente bien; así una buena técnica sería la de la puntuación individual
más la media grupal.
Al igual que contamos con diversas técnicas para evaluar,
también contamos con diferentes técnicas de trabajo cooperativo. Algunas de
ellas son: El rompecabezas, la técnica Co-op co-op, la cooperación guiada, la
enseñanza recíproca,…
Para finalizar, puntualizaré algunos aspectos clave que facilitarán el buen funcionamiento del aprendizaje cooperativo:
- los grupos estarán formados por 4 o 5 alumnos con el fin de que las técnicas puestas en práctica funcionen adecuadamente.
- los grupos han de ser heterogéneos: grupos compuestos por alumnos de diferentes sexos, cualidades, capacidades,…
- los grupos los formará el profesor en función del aspecto anterior ya que si dejamos que sean los niños los que formen los grupos terminaremos homogeneizando los equipos, es decir, saldrán los grupos de amigos que pueden ser los más capaces, los menos trabajadores,…Y así, planteados por el profesor aseguramos equipos más equilibrados.
- me parecen muy acertadas las diversas técnicas de aprendizaje cooperativo ya que aun siendo repartidas las tareas, suponen que “los expertos” compartan la información con el resto del grupo lo que supone que todos aprendan de todos.
- de lo anterior se desprende que evitemos que las presentaciones sean una suma de las presentaciones individuales y que realmente se constituyan como síntesis activas.
- asimismo, de la discusión y consenso sobre el tema a tratar se garantizará que los alumnos aprendan comprendiendo aquello con lo que están trabajando. El hecho de leer, sintetizar, compartir, debatir,…supone que los contenidos vayan dejando una huella cognitiva imposible de borrar, evitando así los aprendizajes memorísticos.
Y para concluir decir que unos de los mejores aprendizajes se
consigue trabajando en equipo de forma cooperativa, así, de esta manera, se
potenciará el crecimiento del conocimiento.
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