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martes, 17 de diciembre de 2013

REFLEXIÓN EN TORNO AL DOCUMENTO “LAS TAREAS DEL PROFESOR Y SU INCIDENCIA EN LA MOTIVACIÓN DE LOS ALUMNOS”

“LAS TAREAS DEL PROFESOR Y SU INCIDENCIA EN LA MOTIVACIÓN DE LOS ALUMNOS” Tomado de ALONSO TAPIA, J. Y CATURLA FITA, E. (1996): La motivación en el aula. Madrid: PPC pp. 83-95.

REFLEXIÓN:

    Tras haber leído este documento en clase, me gustaría aportar mi reflexión en torno a él.
    Dicho documento intenta explicar “los ingredientes” necesarios para propiciar la motivación en el aula. Pues bien, ahí voy con la reflexión que he realizado de cada uno de los epígrafes que presenta dicho documento.

    -El profesor como diseñador del currículo.

    Los docentes nos encontramos en el tercer nivel de concreción, es decir, tenemos que adaptar lo establecido en las Programaciones Didácticas a las características específicas de nuestro grupo-clase. Aquí es donde los docentes tenemos una importante labor: contextualizar el nivel de concreción anterior a las peculiaridades de nuestro alumnado.

    Por ello, es fundamental a la hora de programar considerar los conocimientos previos, las características, los intereses,…de nuestros alumnos, ya que es necesario para provocar un conflicto cognitivo que lleve a nuestros alumnos a aprender.

    Por tanto, debemos partir de sus conocimientos previos, para dar lugar a procesos de enseñanza-aprendiza realistas, ni muy fáciles ni muy difíciles, lo necesario para que el niño aprenda y siga motivado por aprender. No obstante, no olvidaremos que para dar lugar a ese conflicto cognitivo y a esa ampliación de las estructuras cognitivas se nos exige a los docentes llevar a cabo una transposición didáctica (Chevallard Y.).

    Asimismo, lo anterior nos lleva a recordar lo importante que es la significatividad de los aprendizajes, de tal forma que lo aprendido sea funcional para el niño, extrapolable a otras situaciones distintas en las que se ha aprendido.
Por tanto, partiremos de las experiencias del alumnado ya que para que algo sea aprendido y de forma motivante es importante que nos emocione, que toque nuestro interior. Éste será el único camino que nos lleve a desarrollar las capacidades que lleven al niño a desplegar las distintas dimensiones de su personalidad.

    -El profesor como evaluador de resultados, procesos y sistemas.

    Cuando hablamos de evaluación no debemos solo referirnos a la evaluación del alumno sino que es necesario evaluar también nuestra propia acción como docentes, nuestras programaciones, recursos, métodos,…


    Debemos considerar la evaluación como un instrumento que nos permita mejorar los procesos de enseñanza/aprendizaje, así como los resultados mismos.

    Los resultados de la evaluación deben ir más allá, deben ser analizados y reflexionados profundamente para tomar las decisiones oportunas que nos permitan mejorar nuestra labor de enseñanza y el proceso de aprendizaje de nuestros alumnos; de ahí que necesitemos una evaluación funcional y práctica.

    Ya hemos señalado que la evaluación nos debe ayudar a mejorar nuestra práctica docente y los resultados de nuestros alumnos.

    Alonso Tapia propone la evaluación no en un sentido peyorativo sino como una oportunidad para mejorar y aprender, evitando comparaciones con los otros y en la que se haga hincapié en la comparación con uno mismo. Para ello propone las siguientes estrategias con las que estoy totalmente de acuerdo:

    -diseñar evaluaciones que permitan conocer qué domina o no el alumno y por qué.
    -informar cualitativamente sobre qué es necesario corregir.
    -potenciar la autoestima y el autoconcepto del alumno para que confíe en sus posibilidades.
    -no hacer públicos los resultados de la evaluación.

    -El profesor como investigador.

    Es necesario innovar para mejorar los procesos y los resultados; son muchos  los aspectos que podemos investigar para mejorar y conseguir un sistema educativo cada vez más productivo que se adecúe a la realidad del alumno. De este modo, cada vez estaremos más próximos a planteamientos más claros y enriquecedores que hagan que los niños aprendan más y los profesores enseñen mejor.

    Por ello, es necesario que nos den a los maestros la oportunidad de investigar e innovar pues, ¿quién mejor que nosotros que conocemos la realidad del alumnado, para hacer más prácticos los planteamientos teóricos?

    Actualmente, muchos maestros están interesados en investigar, por ello, muchos de ellos son integrantes de grupos colaborativos que abordan diversos temas con este fin: el de innovar y mejorar. Por ejemplo, Castilla-La Mancha apuesta por ello dando la oportunidad a los maestros de trabajar colaborativamente en grupo sobre distintos aspectos.

    -El profesor debe enseñar a pensar y enseñar a aprender a sus alumnos.

    Es importante enseñar a pensar ya desde Educación Infantil; sobre todo desde el segundo ciclo de Educación Infantil.
    
    Es fundamental trabajar de forma integrada los contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales. Aunque es cierto que esto es así desde EI, sí que también fomentamos un poco más el desarrollo de procedimientos debido a que potencian el papel activo del alumnado ayudando a alcanzar los objetivos propuestos.

    En EI, los conceptos, debido a la dificultad de abstracción del niño no adquirirán un mayor peso y sentido hasta la Educación Primaria.

    En Educación Primaria seguiremos recurriendo  al tratamiento de todos los contenidos, incluidos los procedimentales que se refieren al conjunto de habilidades, destrezas,…que les ayudarán a adquirir las capacidades propuestas. Y es que debemos potenciar esos procedimientos, destrezas, habilidades…, para enseñar a pensar, pues proporcionarán instrumentos que ayudarán a los niños a comprender, a analizar, sintetizar,…, aspectos fundamentales para desarrollar mentes pensantes capaces de enfrentarse y abordar cualquier información. No se ha de olvidar que estamos en la Sociedad del Conocimiento y necesitamos instrumentos para seleccionar y crear información útil desde un punto de vista crítico.

    Por tanto, esos procedimientos proporcionarán a los niños instrumentos para enfrentarse a la información, así de esta manera no se bloquearán ni se desmotivarán ante la misma.
Lo mismo ocurre con enseñar a aprender a los alumnos, será necesario que aprendan estrategias de aprendizaje, técnicas,…, que faciliten al niño aprender; de este modo, fomentaremos su capacidad para aprender a aprender, la reflexión sobre su proceso de aprendizaje y su autonomía.

    Por otro lado me gustaría añadir que muchas veces se intenta etiquetar a los niños con déficits de atención, de memoria,…, cuando en realidad lo que poseen son déficits de instrumentos para enfrentarse a sus aprendizajes. Así, si los niños tuviesen más herramientas se sentirían más autónomos, más seguros de sí mismos, más motivados y, en definitiva, conseguiríamos mejores resultados.

    -El profesor como orientador/tutor.

    Concebir al tutor como orientador es fundamental ya que forma parte de su acción tutorial; además, es importante entender esta orientación desde dos puntos de vista:

    -informar y orientar hacia el futuro universitario o profesional más adecuado de acuerdo con las capacidades que posea el alumno y que le hagan más motivado y autorrealizado.
    -orientar para ayudar: a lo largo del proceso es necesario proporcionar al alumno una atención personal, para ayudarle a progresar, para motivarle, para analizar sus éxitos, para ayudarle a superar sus fracasos,…

    Por todo ello, es fundamental contar como docentes con dos cualidades: la escucha y el ser buen comunicador, ya que debemos escuchar al niño, dialogar con él, …Así, solventaremos a tiempo muchos problemas de aprendizaje que después pudiesen presentarse  y que harían decaer la motivación del alumno.
   
   -El profesor como transmisor de valores.

    Como anteriormente señalé, es primordial trabajar integralmente los tres tipos de contenidos (conceptuales, procedimentales y actitudinales) ya que cada uno de ellos nos aportan saberes diferentes que en su conjunto conllevan a lograr el fin último de la educación: el desarrollo integral. De este modo, siguiendo las ideas de  Jacques Delors podemos afirmar:

  • que los conceptos desarrollan “el saber”.
  • que los procedimientos desarrollan “el saber hacer”
  • que las actitudes desarrollan “el saber ser/estar”.

    Por tanto, esto es suficiente para aprobar la importancia de trabajar los tres tipos de contenidos. Aun así, durante mucho tiempo se menospreciaron las actitudes, los valores,…, pues parecía que debían de ser transmitidos por el profesor de religión, de ética, por la familia,....Pero se observa como el Currículo también ampara este tipo de contenidos de ahí que tengamos que llevarlos a cabo incluyéndolos en la planificación de los procesos de enseñanza/aprendizaje de una forma meditada y sistematizada.

    Además, hemos de ser conscientes de la existencia del “Currículo Oculto”, esto quiere decir que inconscientemente los profesores somos transmisores de valores que los niños aprenden sin darse cuenta, de ahí que nos propongamos ser correctos modelos.

    DELORS, J.: La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO. Santillana. Ediciones UNESCO.

    -El profesor como miembro de un equipo.

    No podemos olvidar que el profesor es miembro de un equipo; es necesario que exista una coordinación entre todos los docentes que imparten docencia en el grupo y en el centro, al igual que es necesario que exista un consenso en todas las decisiones tomadas por ellos para poder trabajar en una misma línea y poder alcanzar los objetivos fijados por todos.

    Es necesario que predomine un clima de equipo sano, en el que se intercambien ideas, se reflexione, se investigue,…, así sus miembros se enriquecerán y, a su vez, se conseguirán conclusiones, ideas,…, operativas para los centros. Y todo ello redundará finalmente en nuestros alumnos quienes captarán el buen ambiente que hay entre sus profesores y hará que ellos también sean partícipes del mismo y por tanto, se sientan más motivados.


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