Una vez que se ha mostrado en qué consiste la lección
magistral y qué aspectos hemos de tener en cuenta, se puede concluir que dicha
lección magistral debe formar parte del repertorio de recursos que todo maestro
debe tener.
Además, la
utilizaremos para dar información a grandes grupos con una finalidad informativa
primordialmente.
Personalmente, creo que debería utilizarse a partir de la
ESO y quizás mejor aún, desde Bachillerato, ¿por qué? Pues la razón es que la
lección magistral conduce a aprendizajes memorísticos y lo que realmente
buscamos son aprendizajes significativos, además, el niño posee un papel
pasivo; de ahí que sea más lógico recurrir a otras métodos que potencien el
papel activo del alumno como el juego, la experimentación,…
Por ello, la lección magistral, por sus características,
no es muy indicada para la Educación Infantil puesto que sería totalmente
opuesta a la metodología propia de estas edades ya que en EI el papel activo
del alumno es fundamental y donde el juego se constituye como la principal
fuente de actividad y de aprendizaje.
Además, en EI el niño aprende a través de la exploración,
de la manipulación, de la experimentación,…de ahí que no llevemos a cabo la
lección magistral en esta etapa.
Sin embargo, en Educación Primaria podría ser más útil, tendría cabida
en algunos temas relacionados con las Ciencias Naturales y las Ciencias
Sociales. Pero salvo estos temas, creo que la lección magistral tampoco debe
ser muy utilizada en Educación Primaria.
Otra razón que podríamos dar para justificar que la
lección magistral no es un recurso muy adecuado para la EI y EP es porque sus
características “chocan” con algunos de los principios de intervención
educativa que llevamos a cabo en nuestras aulas. Algunos de estos son: la
individualización, la socialización, la capacidad de aprender a aprender,
partir de los conocimientos previos del alumno, fomentar el papel activo del
niño, potenciar aprendizajes significativos y funcionales, la motivación, la
colaboración familia-escuela,…
Pero en caso de utilizarla, no debemos de perder de vista
que hay algunos aspectos que no debemos de olvidar como: ser buenos
transmisores, ser naturales, preparar previamente la exposición, mirar a todos,
un ambiente carente de distracciones, buena
vocalización, tono (inflexiones), velocidad,…,utilización de un lenguaje
gestual moderado, evitar los tics, uso de distintos soportes, evitar las
muletillas, poner ejemplos,…
Concluyendo sobre la lección magistral decir que es un
recurso más que tenemos a nuestra disposición y que depende de los docentes
hacer un buen uso de ella; pero también es importante destacar que, también
dependerá de cada maestro si la utiliza o no.
Otro aspecto a destacar es si los deberes son adecuados o
no. Como ya reflejé en otra entrada yo sí soy partidaria de los deberes siempre
y cuando no se presenten en exceso, sean claros, sirvan para afianzar lo
aprendido,…Aunque algunas investigaciones afirman que los deberes no influyen
en los resultados de EP.
Personalmente, creo que son positivos si se hace un buen
uso de ellos; pero de lo que no estoy de acuerdo es de mandar tarea en exceso
todo los días ni que los niños tengan plagadas las tardes de actividades que no
les dejen descansar y disfrutar. Es beneficioso que tengan alguna actividad con
la que cubrir educativamente su ocio, pero no olvidemos que son niños y que
necesitan jugar, por ello, evitemos esas tardes azarosas en las que de cuatro a
ocho y media tengan que pasar por clase de danza, de saxofón, kárate,…
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